Cultura

El eterno | Blopa Drummer

Después de tantas especulaciones, teorías y creencias nacidas desde la ignorancia más absoluta – me vengo a enterar que soy eterno. La mayoría de mis desvelos y preocupaciones desaparecieron como tormenta de verano. Mis prioridades dan un giro drástico: resulta que ahora la salud es pasajera. Es menester contar con recursos materiales que me permitan vivir para siempre sin apremios económicos.

 

Tendré que adaptarme a un mundo sin mis contemporáneos. Viviré en tierra de extraños, un universo cibernético que probablemente sobrepasará mi capacidad de asombro. Me espera una soledad inédita: será muy triste ver a mi descendencia inmediata perecer -pero por otro lado podré conocer a los tátara nietos de mis bisnietos.

 

Los futuros libros de historia serán una forma de corroborar mi propio pasado.  Seré testigo de cómo se repiten los ciclos económicos de forma tan irremediable como el ser humano tropieza una y otra vez con la misma piedra. Esta es la suerte y desgracia simultánea de los distintos, elegidos, mesías de la humanidad, delirantes de los tiempos modernos con conexión a wifi.

 

Mientras estoy tratando de adaptarme a esta nueva, inesperada e impensada perspectiva, la puerta se abre y entra un enfermero con mi dosis matinal. Decir mi verdad tiene su precio; la mentira, la diplomacia, el silencio, las verdades a medias y la hipocresía gozan de mejor vida. El efecto del antídoto es inmediato: mis pensamientos varían y mi percepción cambia de consistencia. Retorna a mi paladar el sabor metálico de la desconfianza. Siento una antigua tensión en todo mi cuerpo. Me vuelvo consciente de cuán efímero es todo en relación a las personas. La duda lo abarca todo, habita cada rincón de mi ser. Vuelvo a ser uno más del montón. Hago chistes para edulcorar las miserias y limitaciones humanas que invaden mi bienestar. En cuestión de segundos, mi felicidad eterna desaparecerá por completo.

 

Fotografia de Blopa Drummer

Blopa Drummer, uruguayo, montevideano y rioplatense, nacido en el año de la orientalidad y auto-exiliado hace mas de dos décadas en el oeste canadiense. Estudio en varias universidades y se recibió en ninguna. Ha tenido a lo largo de su opaca vida trabajos rutinarios y tediosos que le han otorgado demasiado tiempo para pensar cosas inútiles en su gran mayoría. Luego de cuatro décadas dando vueltas alrededor del Sol, decidió comenzar a plasmar por escrito sus sinsabores, penas y desvelos. Algunas de sus prosas poéticas pueden encontrarse en 

http://textos-infimos.blogspot.com


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