Las nubes presagian la lluvia.
Lloverá sobre la tierra.
El canto de la lluvia adormece.
La melodía avanza
y se escucha una triste y lejana
tonada de pajarillos.
La tierra debería estar cantando al unísono
con todo lo que vibra,
con todo ser viviente.
Pero la madre está de cuclillas, desarmada,
maltrecha y malherida.
¿Qué hemos hecho de los ríos?
¿Dónde quedaron los bosques y las altas montañas?
Ni un paso más,
Ni una innoble corta y exterminación de especies.
La maldita usura del petróleo debe cesar.
Las nubes deben venir a poblar el cielo.
El cielo ha de ser de una clara anunciación.
El aire nuevo debe nacer
entre las coníferas.
Las cordilleras no deben cesar su avance múltiple
por todos los costados del planeta.
Fuego, el fuego,
Solo para abrigarnos,
no para asfixiar la tierra.
Aire, agua, tierra,
viento alisio que desborda.
Deben volver los cánticos
de los pueblos
la siembra,
la cosecha,
la embriaguez de la vida
y la resurrección.
Mía Gallegos nació en Costa Rica en abril de 1953. Es escritora, periodista, ha publicado libros de poesía, de cuentos y de ensayos. Sus libros de poesía: Golpe de Albas. Los Reductos del Sol, Los Días y los Sueños, El Claustro Elegido, El Umbral de las Horas. Cuentos y prosas poéticas: La Deslumbrada. Ensayo: Tras la huella de Eunice Odio. En el año 2020 se publicó una Antología de su poesía en la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia. La Editorial Nueva York Poetry Press publicó en el 2021 su poemario Es polvo, es sombra es nada.
Sus poemas figuran en antologías latinoamericanas y de España. En 1985 participó en el Programa de Escritores en la ciudad de Iowa en los Estados Unidos. Ha recibido en tres ocasiones el Premio Aquileo J. Echeverría en la rama de poesía. Pertenece a la Academia Costarricense de la Lengua.